“Mens sana in corpore sano” dice la vieja frase en latín. Y es sumamente cierta; mente y cuerpo están profundamente conectados. Es por eso que desde el higienismo se tienen en cuenta todas las áreas que afectan de alguna manera a la salud.
En otras palabras, la terapia en base a la medicina higienista consiste en repasar las distintas áreas de la vida de una persona para identificar qué es lo que le está generando mayor pérdida de energía, y a su vez buscar actividades que le puedan generar un aporte de energía. El agotamiento es la base de la enfermedad; es decir, si el cuerpo no tiene suficiente energía para eliminar toxicidad, ésta se irá acumulando y de a poco irá comprometiendo el funcionamiento de ciertos órganos y de todo el organismo en general.
Dicho de otro modo, el enfoque higienista va más allá de un área en particular. Claro que una adecuada alimentación es importante, pero de poco servirá si se mantiene un estilo de vida estresante y no se practica deporte, por ejemplo. O bien si no se expresa emociones adecuadamente, si se mantiene una relación de pareja restrictiva, si se trabaja en algo contrario a los valores del individuo, o si hay un sueño vital fuerte que puja por salir, pero se ahoga constantemente por creencias irracionales.
Tampoco servirá demasiado incorporar actividades saludables como yoga, meditación o ejercicios físicos, por más que sean muy beneficiosas de por sí, si no se toma consciencia de otras áreas que pueden estar generando desgaste. En definitiva, no existen panaceas, sino que para una verdadera recuperación u optimización de la salud hay que tener una visión holística del individuo.
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Las 9 claves de la curación natural del cáncer
La Dra. Kelly Turner (EEUU) estaba trabajando en un hospital de tratamiento de cáncer cuando conoció el primer caso de remisión espontánea (“radical remission” en inglés), que es cuando un paciente se cura del cáncer sin ayuda alguna de la medicina occidental, o bien luego de que ésta fallara. Al investigar el tema se dio cuenta que esta remisión espontánea sucede mucho más a menudo de lo que se cree: había más de 1000 casos publicados en revistas médicas, y por cada caso publicado se estima que hay más de 100 casos que no se publican.
Posteriormente se dio cuenta que esos casos eran simplemente reportes médicos, pero que nunca nadie les había preguntado a esos pacientes qué habían hecho para mejorarse. Por tanto, decidió hacerlo y obtuvo su PhD viajando durante un año por el mundo y preguntándole a estos pacientes “¿Por qué crees que te recuperaste?”. Entrevistó además a terapeutas alternativos, ya que los médicos convencionales no encontraban una explicación a estos casos.
En su viaje inicial entrevistó a 20 pacientes y 50 terapeutas, y con los años siguió analizando más de 1500 casos, en los que encontró 9 factores clave que se repetían en todos los casos. Los hallazgos los comparte en su libro “Radical Remission” (título en español: “Las 9 claves de la curación natural del cáncer y otras enfermedades”)
Entre los 9 factores hay relacionados al cuerpo, mente y espíritu, acorde al objetivo de este artículo.
- Cambio radical de dieta
- Tomar control de la salud
- Seguir la intuición
- Utilizar hierbas y suplementos
- Liberar emociones reprimidas
- Incrementar las emociones positivas
- Buscar el soporte del entorno social
- Profundizar la conexión espiritual
- Tener importantes motivos para vivir
Vale la pena destacar que solamente dos factores de los nueve son del área física, mientras que los otros siete son de áreas más intangibles.
“Si queremos ganar la guerra contra el cáncer, debemos aprender de aquellos que ya ganaron”
Kelly Turner
¿Qué factores del área física hay que tener en cuenta para una salud óptima?
Una adecuada alimentación es clave. Gran parte de la energía de nuestro organismo se utiliza (desperdicia) en el sistema digestivo. Por tanto, si comemos más liviano y agregamos a nuestra dieta alimentos que están adaptados a nuestra fisiología, naturalmente tendremos más energía disponible para la desintoxicación, y un cuerpo más limpio funciona mejor.
Asimismo, una mejor asimilación de nutrientes se obtendrá si se respetan los biorritmos (ciclos circadianos) y el hambre real; no es lo mismo comer a la 1 AM cuando nuestro cuerpo no segrega jugos gástricos suficientes, que comer a la 1 o 7 PM cuando nuestro sistema digestivo está preparado para recibir alimentos, así como que no es lo mismo comer con hambre psicológica (por ansiedad, aburrimiento, estrés) o sin hambre (por horarios o presión social) que con hambre real (señal del cuerpo que necesita nutrientes).
Además de la alimentación, hay que tener en cuenta que nuestro cuerpo está diseñado para el movimiento. El estilo de vida de la sociedad actual donde predomina el sedentarismo puede ser muy peligroso para nuestra salud. El ejercicio físico es, por ende, indispensable para una adecuada salud. Sin embargo, el exceso de ejercicio puede ser desvitalizante también. Es importante escuchar al cuerpo y no ir más allá de nuestros límites. Esto aplica en aquellos casos en que una persona se pone un ambicioso objetivo en un período corto de tiempo, como puede ser correr una maratón o escalar una montaña sin el debido entrenamiento, por ejemplo.
Tan importante como el ejercicio es el descanso. Cuando descansamos es cuando nuestros órganos internos más trabajan, tanto en la eliminación de toxemia como en la regeneración de órganos y tejidos. Para eso, es clave tener descansos durante el día, y dormir debidamente de noche. En la sociedad actual, donde comúnmente se vive de manera muy enervante, es muy común que el desgaste de una persona esté relacionado a la insuficiencia de sueño producto de un exceso de actividad.
Tampoco debemos olvidarnos que somos animales y que nuestro hábitat original es la naturaleza, por lo que el contacto con la naturaleza, el sol y el aire puro es necesario para una salud óptima.
Por otro lado, a veces una de las principales causas de un problema de salud es la contaminación ambiental: contaminación lumínica, sonora, del aire, electromagnética y telúrica. En algunos casos no se puede hacer mucho, pero en otros sí, y pequeños cambios pueden generar grandes resultados.
Otros factores que suelen generar pérdida de energía son las adicciones tales como el café, alcohol, tabaco y medicación, por lo que es necesario limitarlos o eliminarlos si se quiere mejorar u optimizar la salud.
Finalmente, el orden físico del espacio vital, la gestión económica, los procesos pendientes y la procrastinación son factores que pueden ser fugas de energía que lleven a la enfermedad.
¿Cómo las relaciones pueden afectar la salud?
Las relaciones pueden ser un gran aporte de energía en la vida de una persona; compartir momentos con la pareja, amigos y familiares nos puede llenar el alma. Sin embargo, algunas de esas relaciones pueden ser una gran causa de los problemas de salud, frecuentemente porque los “seres queridos” no le dejan a la persona ser él/ella mismo/a.
Lamentablemente es algo normal que muchas personas viven su vida de acuerdo a las pretensiones de otras personas, principalmente de sus padres, aunque también de pares o la sociedad en general. No es extraño que los padres presionen a su hijo/a a que estudie determinada carrera por creer que es bueno para su futuro.
“Muchos padres harían cualquier cosa por sus hijos, menos dejarlos de ser ellos mismos”[1]
Si bien la presión es más evidente en personas jóvenes, también ocurre en personas adultas: desde qué lugar elegir para vivir, qué trabajo realizar o hasta cómo criar a sus hijos. Está bien escuchar las opiniones de otros, pero al fin y al cabo la decisión debe ser de la persona y no de terceros. Para una adecuada salud mental es indispensable hacer las cosas que uno quiere y no dejar de hacer cosas que son importantes para uno simplemente por agradar a otros o por el “qué dirán”.
Muchas veces la persona sufre porque tiene un patrón arraigado de que las relaciones familiares “deben ser buenas” o que “debo estar ahí para todo”. Si bien idealmente las relaciones familiares habría que cuidarlas, esto no significa que haya que tolerar todo (faltas de respeto, violencia, intromisión en decisiones), por lo que es muy importante aprender a poner límites, idealmente de manera asertiva (sin violencia).
En cuanto a la pareja es importante entender que no es algo necesario para ser feliz. No deberíamos buscar una media naranja, sino comprender que somos naranjas completas que no necesitamos a nadie que nos complemente. Una vez que nos sentimos completos, podemos libremente elegir compartir la vida con alguien, pero si no la tenemos no pasa nada. Si no se entiende eso se sufre cuando no hay pareja y ocurre el apego cuando la hay.
Se suele decir que en una pareja hay tres personas: yo, él/ella y nosotros. Cada parte debe mantener sus espacios personales y a la vez cultivar el espacio común. Aquellas parejas que no permiten el espacio personal de la otra parte no le están dejando ser él/ella mismo/a.
A su vez, una vez que una relación ya no tiene futuro, hay que aprender a cerrar ciclos y hacer el duelo necesario para sanar heridas. Esto también aplica para pérdidas de seres queridos, mudanzas, despidos, etc. Mantenerse anclado en el pasado es un desgaste energético tremendo.
¿Por qué es importante expresar emociones?
“Las emociones perturbadoras son un factor de riesgo tan dañino como lo son, por ejemplo, el hábito de fumar o el colesterol elevado para los problemas cardíacos, es decir, una importante amenaza a la salud”
Daniel Goleman
La mayoría de los problemas emocionales son porque no hago lo que quiero, lo que siento o lo que soy. Para una adecuada salud mental es necesario salir de nuestra jaula, donde muchas veces estamos encerrados por expectativas de otros o creencias irracionales. Ir en contra de esa fuerza que emerge de dentro nos trae problemas, ya que genera mucho gasto de energía en contra de una fuerza que no podemos parar.
A las emociones no hay que taparlas ni paliarlas. Si no se expresan adecuadamente, éstas somatizan en el cuerpo y generan dolores. Cuando se expresan, se superan.
Debemos aprender a tomar decisiones de acuerdo a nuestros auténticos deseos, aunque esto implique decepcionar o contrariar a personas hacia las que nos sentimos afectivamente vinculadas. Sobreexplotarnos físicamente, mentalmente o emocionalmente va en contra de las leyes de nuestra naturaleza. Escuchar las emociones nos va a dar información sobre nosotros mismos. Y posiblemente muchas veces nos lleve a dejar de sobreexplotarnos sin importar si desagradamos a otros.
Las 4 emociones básicas
En su libro “Encrucijada emocional”, Karmelo Bizkarra describe las cuatro emociones básicas (y sus variantes): miedo, rabia, tristeza y alegría.
“Estas cuatro emociones básicas son mecanismos adaptativos y de supervivencia y es importante que aprendamos a descifrar el lenguaje corporal que acompaña a toda emoción. El miedo nos habla de prudencia, la tristeza de una pérdida, la rabia nos ayuda a recuperar el terreno perdido, la alegría es doble alegría cuando es compartida. Toda emoción en sí misma no es buena ni mala; es lo que es. Si las vivimos nos equilibran, si las reprimimos, el miedo se transforma en ansiedad crónica, la tristeza aguda en depresión, la rabia en violencia destructiva (a veces de guante blanco por el que ostenta el poder) y la alegría en euforia desmedida y sin tocar tierra.”[2]
Karmelo Bizkarra
Tu mente: ¿tu mejor amiga o tu peor enemiga?
“Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido te pueden ayudar tanto como una mente disciplinada»
Buda
Muchas veces el desgate principal de una persona se origina con los propios pensamientos y de ahí afecta a otras áreas.
Algo común en la sociedad actual son la auto exigencia y el perfeccionismo, los cuales son hasta bien vistos y valorados. Si bien estas actitudes pueden ser muy potenciadoras, pueden también ser muy problemáticas cuando se va muy lejos y la persona se exige más allá de sus posibilidades, lo cual le genera estrés, angustia y agotamiento en vez de disfrute. Estas sobre exigencias pueden estar fundadas en creencias irracionales que no han sido cuestionadas.
Detrás de una auto exigencia patológica comúnmente se esconde una baja autoestima, búsqueda de reconocimiento y valoración, miedo al fracaso y un malestar interno por no estar siguiendo la vida que uno quiere. Este problema se observa en aquellos individuos que planifican excesivamente y tienen dificultad para tomar decisiones.
Otro problema puede ser el vivir de ilusiones irreales. El problema se da cuando la felicidad depende de ciertas expectativas que si no se cumplen generan una gran desilusión.
Asimismo, no perseguir los sueños genera frustración. Un sueño vital marca un camino seguir y se debe generar una estrategia para materializarlo. En muchas ocasiones estos sueños no se cumplen por miedos, la opinión de los demás o baja tolerancia a la frustración, por ejemplo.
Finalmente, para evitar estar peleado/a con la vida (y otras personas), es necesario entender y aceptar qué depende de uno y qué no. Es normal que la principal fuga de energía de una persona sea por intentar cambiar a otras personas o ciertas situaciones que no dependen de él/ella, y no lo acepta.
Si bien se podría profundizar mucho más sobre cada uno de los temas mencionados aquí, el punto principal del artículo es que para una adecuada salud hay que tener en cuenta todas las áreas mencionadas, entre otras. Por más que se coma bien, se haga ejercicio y se duerma bien, difícilmente se tenga una salud óptima si se mantienen relaciones tóxicas. Poco ayuda practicar meditación a diario si luego la persona es auto exigente consigo misma, no se valora, y vive estresada por el exceso de trabajo y el poco descanso. O incluso, así una persona tenga un trabajo ideal, buenas relaciones en general y buenos hábitos, una salud de primer nivel no sería posible si no persigue sus sueños y si mantiene rencor hacia ciertas personas por cosas del pasado.
Asimismo, un área afecta a otras. Por ejemplo, es normal que la auto exigencia haga que la persona duerma menos, lo que hace que tenga menos energía, y con menos energía es más fácil que emerjan pensamientos irracionales y se tenga menos tolerancia, afectando las relaciones con los demás. También es común que por ansiedad o estrés se coma poco sano y en abundancia, lo cual desgasta energéticamente y hace que la persona no quiera ejercitarse, por ejemplo, llevándole a un funcionamiento inadecuado de ciertos órganos y músculos (lo que no se usa se atrofia).
El trabajo que se realiza en la terapia higienista es, por tanto, identificar las áreas que le desvitalizan a la persona mediante el cuestionamiento de hábitos y creencias. Asimismo, se busca aportar energía desde áreas más tangibles como la alimentación, el descanso y el ejercicio para que la persona pueda afrontar problemas en otras áreas. En otras palabras, es más fácil poner límites, perseguir sueños y evitar tóxicos (sustancias, situaciones o personas) cuando se tiene energía.
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Fuentes:
Apuntes varios del curso del Centro Higienista de Madrid, dictado por de José Antonio García
[1] La frase original es de Bansky, artista callejero inglés, aunque él dice “madre” en lugar de “padres”. La versión con “padres” la escuché de Borja Vilaseca, periodista catalán.
[2] http://www.zuhaizpe.com/la-gestion-de-las-emociones-y-la-salud/