La primera vez que escuché hablar sobre ayuno fue a principios de 2016 y me llamó la atención. El primer caso que vi fue de un ayuno hídrico de 30 días y me pareció demasiado: ¿cómo alguien puede pasarse tantos días sin comer? Si bien al principio me pareció extraño, luego investigué el tema y me pareció muy lógico y quise ponerlo en práctica, y lo hice en diversas ocasiones. Entonces, ¿es el ayuno una locura o una gran herramienta de curación? ¿Se pasa hambre en el ayuno? ¿Es acaso una tortura masoquista? ¿Puede el ayuno curar cualquier cosa?

¿En qué consiste el ayuno?

El ayuno propiamente dicho consiste en abstenerse de alimentos por un período dado. Existen algunas variantes de “ayunos” de jugos, por ejemplo, pero en este artículo me refiero a “ayuno” como la definición original, también conocido como “ayuno hídrico” porque efectivamente se consume agua.

La lógica del ayuno es que la digestión es uno de los procesos del cuerpo que requiere más energía; por tanto, al no comer por un período de tiempo, el cuerpo obtendrá energía extra para ponerse al día con su limpieza, desintoxicación y regeneración como parte de su propio camino de auto curación.

Nuestra energía se divide en tres sistemas: nutrición, eliminación y relación.

El de nutrición consiste en todas las funciones necesarias para la digestión y asimilación de nutrientes, principalmente de los alimentos, pero también del aire y el sol a través de los pulmones y la piel.

El de relación nos pone en contacto con el mundo exterior (el mundo físico y la naturaleza) y con los demás seres humanos a través de los músculos y huesos, cerebro, sistema nervioso y los órganos de los sentidos y del lenguaje.

Por su parte, el sistema de eliminación consiste en los riñones, pulmones, aparato digestivo y piel como órganos de eliminación, y se encarga de la eliminación de la toxicidad del cuerpo, así como tareas de regeneración de tejidos y órganos.

Lee más: La energía es todo

Al ayunar no se gasta energía en lo absoluto en el sistema de nutrición. Además, un ayuno propiamente realizado debe acompañarse de descanso, para que el gasto de energía en el sistema de relación sea mínimo o bien más bajo que lo normal. De esta manera, casi toda la energía del cuerpo se centra en el sistema de eliminación, por lo que la toxicidad del organismo baja considerablemente, a la vez que se regeneran tejidos y órganos dañados. Posteriormente al ayuno, un cuerpo con menos toxicidad definitivamente funcionará mejor que un cuerpo tóxico.

En un ayuno el cuerpo se cura guiado por su propia inteligencia somática, la cual hace que el corazón lata o que los riñones filtren la sangre, por ejemplo, sin intervención consciente alguna de la persona.

En esencia, el ayuno no cura nada, sino que genera las condiciones adecuadas para que el propio cuerpo use la energía para la curación. Desde la medicina higienista se sostiene que es el cuerpo el que tiene capacidad de auto curación y no medios externos (personas o sustancias).

«Todo humano tiene un médico dentro suyo, solamente tenemos que ayudarlo en su trabajo. Las fuerzas naturales dentro de cada uno de nosotros son las que curarán las enfermedades.»

Hipócrates

Beneficios del ayuno

A continuación, ofrezco un resumen de los beneficios expuestos en el sitio web de Zuhaizpe.

  • Con el ayuno se vacía el intestino y se deja sin alimentos a los gérmenes patógenos que no pueden vivir por falta de víveres.
  • Restablece la bioquímica y la fisiología normal y sana.
  • Mediante el ayuno, el cuerpo elimina todo lo que no es vital para su correcto funcionamiento. Se produce una verdadera auto digestión, autolisis o autofagia, de todas las sustancias perjudiciales para él y un sacrificio de aquello que está menos vivo o “malsano”: tejidos con pus, flemas, fístulas, abscesos, tumores…, debido a que no son viables ni necesarios. Las células reciclan sus componentes en mal estado y crean otros nuevos orgánulos celulares en condiciones óptimas.
  • Las células, los tejidos y los órganos viven un verdadero rejuvenecimiento durante el ayuno, una recuperación que incluso se traslada a un rejuvenecimiento exterior, dando lugar a una imagen más saludable, relajada y jovial de la persona.
  • Incrementa la capacidad digestiva y de asimilación de nutrientes, tanto en el aparato digestivo, como en cada una de las células del organismo.
  • Cambia el estado mental favoreciendo una expansión de la consciencia. Una comida pesada embota la consciencia y da sueño, llevándonos a la inconsciencia y al limbo. Por el contrario, el ayuno despierta la consciencia. Cuando es aceptado y bien llevado, el ayuno favorece una visión interna o espiritual.
  • Renovación de los órganos de los sentidos. Muchos ayunantes señalan la mejoría de su capacidad de ver, escuchar, oler y gustar.
  • Permite una pérdida de peso. Aunque no sea el primer objetivo del ayuno, como consecuencia de la desintoxicación, se produce una pérdida de peso que trae consigo, inmediatamente, signos evidentes en la mejora de la salud: la respiración se vuelve más fácil al bajar de peso, hay una mayor facilidad de movimientos, desaparece la sensación de cansancio, también la de saciedad y molestias en el abdomen, los síntomas de indigestión dejan de molestar, la presión sanguínea se reduce y la sobrecarga que el corazón tiene que llevar, disminuye.

Lee también: Desintoxícate y cambia tu vida

Algunas preguntas normales sobre el ayuno

¿Es el ayuno una locura?

Es típico que cuando alguien está enfermo se le dice que tiene que comer algo, para que no debilite. Esta imposición típica de madres y abuelas, por más que su intención sea amorosa, en esencia es contraria a lo que el cuerpo naturalmente pide. Cuando estamos enfermos normalmente no queremos comer, no tenemos hambre. Es el propio cuerpo el que está enfocado en regenerarse y en eliminar la toxicidad (energía en el sistema de eliminación) y debido a que no necesita nutrientes en estos momentos, naturalmente se quita el hambre.

“Los animales y los niños, por su propio instinto, dejan de comer cuando están enfermos y lo mismo haría nuestro cuerpo si lo supiéramos escuchar en periodos de dificultad. Cuando hay algo que reparar, tanto a nivel físico como emocional, el cuerpo nos indica que no es momento de comer.  Tras un accidente donde ha habido heridas o fracturas de huesos, en épocas de gran preocupación, después de haber sufrido un shock, en procesos gripales, cuando aparece la fiebre, o después de una intervención quirúrgica, por ejemplo, la sensación de hambre disminuye y es así como nuestro cuerpo nos está diciendo que es momento de darle un descanso al sistema metabólico, entre otros. Es un periodo de eliminación y limpieza, algo así como un “cerrado por reparaciones” para que nuestro organismo pueda despertar sus capacidades de autocuración y autoregeneración interna.”

Vale la pena repetir que los niños, quienes todavía no están tan contaminados con las brutalidades de la sociedad actual, no quieren comer cuando están enfermos, y somos los adultos ignorantes quienes los obligamos.

¿Se pasa hambre durante el ayuno?

Si bien el cuerpo deja de recibir comida del exterior, esto no quiere decir que deje de alimentarse. De hecho, el cuerpo se alimenta de sus propias reservas. Inicialmente se consume la glucosa disponible en la sangre y cuando ésta se agota, se empiezan a consumir las reservas de grasas almacenadas en las células.

Debido a esto, el hambre desaparece luego del primer o segundo día. En realidad, desaparece el hambre real, el hambre física. Puede que en algunos momentos aparezca hambre psicológica, la cual está asociada a momentos de ansiedad, aburrimiento, estrés, o relacionados a ciertos horarios, lugares o personas. Por tanto, el ayuno es un gran momento de introspección para trabajar insatisfacciones vitales que llevan a la ansiedad.

¿Se pierde musculatura durante el ayuno?

Contrariamente a lo que se cree, no se pierde musculatura durante un ayuno. Luego de consumidas las grasas se empezarían a consumir los músculos, pero es en ese momento cuando retorna el hambre como señal de que debe romper el ayuno.

¿Es el ayuno inanición?

Durante el ayuno, desde el primer momento el cuerpo degrada y utiliza como energía las sustancias menos esenciales. Pasadas algunas semanas (de 2 a 6 semanas en personas no obesas), este proceso se completa. Cuando estos tejidos malsanos y las reservas de grasas se acaban, el ayuno debe acabar. En tal momento es cuando regresa el hambre real de manera intensa, como señal del cuerpo que requiere nutrientes nuevamente. Si a partir de dicho momento la persona sigue sin comer, el cuerpo entrará en inanición.

¿Quién no debe ayunar?

En términos generales, cualquier adulto podría ayunar tranquilamente por al menos unas cuatro semanas. Una de las pocas contraindicaciones es para las embarazadas (pasados los 2 meses de embarazo) o las madres que estén amamantando a sus bebés, dado que la circulación de los tóxicos en su proceso de eliminación podría intoxicar al bebé.

En el caso de los diabéticos o personas que sufran arritmias, es aconsejable no realizar ayunos directamente, sino otro tipo de programa détox para ver cómo reacciona el cuerpo y evaluar si es posible un ayuno más adelante. Adicionalmente, en casos de extrema debilidad se desaconseja el ayuno.

Contrariamente a lo que se puede pensar, en casos de anemia o desórdenes alimenticios tipo bulimia, por ejemplo, los ayunos suelen ser positivos porque se reestablece la flora intestinal y posteriormente al ayuno se asimilan los nutrientes más eficientemente.

Finalmente, independientemente de su cuerpo, no debería ayunar cualquier persona que tenga miedo o bien que sea influenciable por su familia y ellos no están de acuerdo con el proceso.

Lee también: ¿Qué tan auténticas son nuestras decisiones?

Lee también: ¿Eres marica por comer ensaladas?

¿Qué precauciones hay que tomar?

Si bien los síntomas de desintoxicación que se viven durante el ayuno pueden ser molestos, éstos no llegan a ser peligrosos. Sin embargo, debido a la interiorización de la energía para que el cuerpo lleve a cabo sus procesos de regeneración y eliminación, hay poca energía en la periferia. Por tanto, hay que tener mucho cuidado a la hora de levantarse de la cama, ya que los movimientos apresurados pueden llevar a mareos, que son señales de que el cuerpo necesita energía internamente y no externamente. Estos mareos pueden llevar a desmayos, los cuales pueden llegar a ser fatales si la persona se golpea la cabeza al caer.

Debido a esto, no es recomendable entrar en ayuno si la persona no está dispuesta a tomarse unos días de descanso si es que su cuerpo se lo pide durante el proceso. Remarco la importancia de escuchar el cuerpo, es él el que sabe más que nosotros.

Más allá de los mareos, un ayuno debidamente realizado no presenta riesgos

Lee también: Por qué es normal sentirse débil al inicio de un cambio de dieta

¿Qué alternativas hay respecto a un ayuno?

En los casos en que una persona no pueda permitirse el descanso adecuado necesario en un ayuno, existen alternativas que de igual manera llevarían al cuerpo a efectuar una importante eliminación, aunque de manera más leve y gradual.

Una opción son los “ayunos” de jugos, que consiste en una determinada cantidad de días tomando jugos verdes, o bien jugos de frutas. La lógica es la misma; los jugos se digieren fácilmente por lo que hay más energía para la eliminación. Al ingerir jugos, hay algo de azúcar en sangre por lo que la persona puede continuar con una vida activa de manera más fácilmente.

Otra variante es lo que se llama comúnmente como détox o cura depurativa, que consiste en comer solamente frutas. En estos casos, la eliminación es gradual y la persona puede seguir con su estilo de vida normal.

¿Es el ayuno parte de una secta o religión?

A lo largo de la historia, muchas religiones han practicado el ayuno regularmente como forma de purificación del cuerpo y alma.

El año pasado estuve en Malasia, país mayoritariamente musulmán, durante el Ramadán. En particular, los musulmanes ayunan durante un mes desde la salida hasta la puesta del sol. Dado que la fecha cambia cada año, dependiendo el lugar del mundo, puede llegar a ser muchas horas o muy pocas. Por ejemplo, en países nórdicos durante sus meses de verano, el ayuno puede ser de unas 18 horas por día. Contrariamente, en su invierno puede ser de menos de 6 o 7 horas.

Si bien entiendo que tendrán sus motivos religiosos, desde un punto de vista de salud no creo que sea lo ideal porque se abstienen de tomar agua así tengan sed, y creo que si el cuerpo pide agua hay que dársela. Además, sus ingestas son antes que amanezca y cuando anochece, lo cual es contrario a los biorritmos naturales del cuerpo, que nos indica que los mejores horarios para la digestión son en horas del día.

En definitiva, por más que haya religiones que practiquen algún tipo de ayuno, la práctica en sí no es propia de ninguna de ellas, así como todas hablan de amor y paz y tampoco son valores que sean propios de ellas. Por tanto, practicar un ayuno terapéutico no significa ser parte de ninguna secta ni religión en particular.

Mis ayunos

Pocos meses luego de haber conocido el tema, hice un ayuno con tal de acelerar la recuperación de una fractura. Si bien el ayuno puede ser muy poderoso, tampoco hace milagros, por lo que no fue suficiente para sanar mi fractura en apenas cuatro días.

Me metí en ese ayuno sin saber mucho del tema, por lo que admito que fue una irresponsabilidad. Justamente por esa ignorancia del tema, me costó entender y tolerar cuando al cuarto día tuve un fuerte dolor en la espalda baja. Luego investigué y entendí que es un dolor normal debido a la desintoxicación del riñón. En ese momento decidí romper el ayuno, ya que además se venía el día de la madre e iba a almorzar con mi novia y su mamá al día siguiente, y aparte tenía que trabajar y necesitaba energía.

Lo interesante de este primer ayuno fue que, al tercer día sin haber ingerido alimento alguno, al orinar salió un fuertísimo olor a medicamento. Esto significaba que mi cuerpo estaba deshaciéndose de restos de fármacos que había tomado en el pasado.

Igualmente, lo más valioso fue que mis alergias se redujeron considerablemente luego de este primer ayuno. Antes tenía fácil 1 o 2 ataques de alergias por semana. Posterior a ese ayuno, las alergias aparecían cada un mes o menos. Por tanto, este ayuno de tan solo 4 días fue un gran alivio.

Segundo ayuno

Al año siguiente, en 2017, hicimos un ayuno de 5 días con mi novia Melina. A diferencia del anterior, esta vez estábamos sin trabajar, aunque no en condiciones ideales ya que estábamos viajando en nuestra van en Nueva Zelanda. Nuevamente fue irresponsable porque en el primer día manejé varios cientos de kilómetros, pero los siguientes días los llevamos con tranquilidad.

Las condiciones no fueron las ideales; dormíamos un tanto incómodos en una van, teníamos que caminar unos 100 metros para ir al baño (con poca energía por el ayuno) y hacía frío. Pero igual nuevamente fue una gran experiencia que nos permitió desintoxicar y sentirnos más livianos a posteriori.

El camping donde ayunamos por 5 días en Bay of Plenty, Nueva Zelanda

Tercer ayuno

Nuevamente tras un año quise hacer otro ayuno. En este caso fue en Malasia. Con Meli habíamos viajado 2200 kilómetros en bicicleta de Bangkok a Singapur, y no queríamos volver a Sudamérica sin hacer un ayuno largo. Las condiciones eran ideales: estábamos sin trabajar y hacía calor. Alquilamos una cabañita cercana a una playa bastante deshabitada y nos dedicamos a descansar durante nuestro ayuno de 14 días.

Cherating, en Malasia
La cabaña donde ayunamos por 14 días

En este caso escribí un diario del ayuno, de donde destaco lo siguiente:

Meli tuvo dolor de cabeza varios días, siendo el día 3 el más intenso. Esto es normal en los ayunos; los días 3 a 6 aproximadamente suelen ser los más difíciles, aunque cada caso es diferente.

Ambos tuvimos dolor de espalda en distintas ocasiones. En particular, el estar acostados muchas horas hizo que nos costara encontrar una postura cómoda.

Yo tuvo deposiciones el día 1. Meli tuvo fuertes dolores estomacales y eructos entre los días 7 y 11, y tuvo deposiciones en los días 9 y 11.

Yo tuve fuerte dolores en las pantorrillas varios días, y me cansaba al ir a la playa. Esto es normal dado que días atrás habíamos acabado un viaje en bicicleta de 2200 kilómetros.

Varios días hicimos caminatas juntos a la playa, a tan solo una cuadra, con gran dificultad. Esto es debido a la interiorización de la energía para la regeneración y eliminación.

A partir del día 5 yo no tuve síntomas fuertes de desintoxicación. Los síntomas de Meli cesaron al día 11. De ahí en más simplemente padecimos el bajón de energía, el cual se dio desde el inicio. El mínimo de energía fue aproximadamente en el día 5 y de a poco fuimos subiendo, pero sin llegar a los niveles normales de energía. Recién llegamos a ellos luego de casi una semana pasada la ruptura del ayuno.

Yo tuve taquicardia entre el día 3 y el día 5, la cual es un síntoma totalmente normal en un ayuno ya que es la inteligencia del cuerpo que hace bombear más sangre para desintoxicar.

Meli tuvo fiebre en la noche del día 4, la cual es otra reacción normal del cuerpo en momentos de curación.

Meli tuvo algún bajón emocional y yo tuve algunos momentos de ansiedad preocupado por el futuro. Incluso, tuvimos algunas discusiones en estos días. El saber que estábamos por volver a Lima un mes después a asentarnos luego de casi dos años en el extranjero hacía que fuera un momento de gran incertidumbre. El ayuno es un momento para replantearse cosas de la propia vida y en el cual se tiene una gran claridad mental.

Meli tuvo hambre psicológica varios días. Pensaba en comida y se ponía a ver recetas en YouTube. Reafirmo que el hambre era psicológica porque cuando uno se distrae al rato desaparece. En estos casos uno toma conciencia de cómo usamos la comida para paliar emociones, en momentos de aburrimiento, de estrés, etc.

A partir del día 7 nos costó muchísimo dormir. El insomnio es algo normal en los ayunos también. Nos dormíamos recién a las 3 o 4 am, y despertábamos tipo 11 am.

El día 8 a Meli le vino la regla, 6 días antes que lo estipulado. Su regla fue más escasa y de color marrón que lo normal. El color es indicativo de eliminación.

La orina fue oscura y olorosa al inicio del ayuno, pero se fue esclareciendo con el correr de los días. El fuerte color y olor es señal de eliminación.

Ruptura del ayuno

Al momento de romper el ayuno luego de 14 días

Rompimos el ayuno con jugo de naranja y al rato yo tomé agua de coco. Con el correr de las horas comimos un mango y unas manzanas. Luego de un ayuno, las papilas gustativas se renuevan y la lengua se siente súper sensible. Por tanto, estas ingestas fueron una explosión de sabor para nuestras lenguas.

Al tercer día de la ruptura nos fuimos de la playa hacia una ciudad, y fuimos a dedo porque era 1 de mayo y no había buses. Caminar unas pocas cuadras hasta la ruta fue bien difícil dado que todavía no habíamos recuperado la energía. Este bajón de energía era señal de que todavía había toxicidad en el cuerpo y el ayuno debería haber seguido.

Del día 4 al día 6 luego de la ruptura tuve los oídos tapados, lo cual significa que el cuerpo sigue eliminando.

El día 5 posterior al ayuno, nos quedamos en casa de unos amigos malayos, quienes nos llevaron a comer nuestra primera comida cocida luego del ayuno. Al acercarnos al restaurant y oler la cebolla se sintió bien fuerte y nos hizo lagrimear. Comimos un masala tosai (plato de la India que consiste en una especie de panqueque hecho de lentejas con puré de papas y cebolla) y no nos cayó mal, aunque a mí me dio alergia y la cebolla se sintió bien fuerte y nos generó rechazo.

Al día siguiente también sentimos rechazo por unas comidas picantes y a los pocos días nos sentimos muy mal luego de una comida frita. Igualmente, ya estábamos en niveles normales de energía y no fue grave. Estas comidas nos sirvieron para experimentar de primera mano qué comidas son buenas y cuáles no para un cuerpo limpio y sano.

Lee más: La peligrosa trampa del placer: por qué nos atraen los alimentos más tóxicos

El tiempo requerido para volver a la energía anterior fue acorde a las recomendaciones generales que dan los médicos expertos en ayunos. Éstos dicen que la salida debe ser al menos de la mitad de tiempo del ayuno. En nuestro caso, luego de un ayuno de dos semanas, la energía volvió a la semana.

Si bien, lógicamente, perdimos peso, posteriormente al ayuno el cuerpo tiende a un equilibrio óptimo y se recuperan algunos kilos.

Conclusión

Si bien realmente no se pasa hambre en el ayuno, el bajón de energía y los síntomas de desintoxicación hacen que sea algo desafiante llevarlo. Por tanto, cualquiera puede hacerlo, pero debe tener en cuenta las condiciones en que lo hace. Si no se puede dar el lujo de parar complemente, o al menos reducir la actividad, durante unos días, el ayuno no debería ser recomendado. Para eso existen las alternativas.

Ya sea ayuno o alguna de sus alternativas, lo recomiendo 100% por los cambios que se sienten a posterior. Si no hubiese hecho ese primer ayuno hace 3 años, imagino que seguiría sufriendo alergias cada 3 o 4 días, como durante los años anteriores, por tanto, ese ayuno en 2016 fue de las mejores decisiones que tomé en mi vida.

¿Te interesa realizar un ayuno o un proceso DETOX? Conoce mis planes DETOX.

Lee también: Visión holística de la salud


Fuentes:

Web de Zuhaizpe, casa de salud en el país Vasco

Libro “Ayuno y Salud” de Desiré Mérien

Artículos:

“El ayuno ayuda a recuperar la salud” de Dr. Alan M. Immerman y Dr. Alec Burton

“Vivir sin comer” del Dr. Herbert M. Shelton (Extracto de la obra “El ayuno puede salvar tu vida”)

“El ayuno en la naturaleza” del Dr. Alec Burton

“El ayuno como una verdadera panacea” de T. C. Fry